Allí empezó a escribirse la libertad.
Allí se escucharon, por primera vez, consignas extrañas para el virrey.
Han pasado 215 años de aquel Cabildo de Buenos Aires, pleno de entusiasmo y de coraje.
Pero aún la estamos definiendo.
Julia Prilutzky Farni dice que:
«Allí , donde partir es imposible y permanecer es necesario.
Donde nunca se está del todo solo.
Donde cualquier umbral es la morada.
Donde se quiere arar. Y dar un hijo.
Y se quiere morir, está la patria.
Si entendemos, como Gregorio Funes que » Había de llegar, por fin, el día en que no fuese un crimen, el sentimiento tierno y sublime del amor a la patria», hagamos algo para que aquellas
consignas aniden en nuestro corazón.
Y nos decidamos todos los argentinos, con la ayuda de Dios, a trabajar la tierra, defender las instituciones y salvar los valores republicanos.
Si cumplimos con estos propósitos, tendremos derecho este domingo a cantar el himno de las igualdades, mientras suba
por el mástil de la historia, la celeste y blanca de nuestra esperanza.
ROBERRO ROMANI.